sábado, 26 de abril de 2014

Elecciones Europeas: Datos y Preguntas

En España habrá 41 candidaturas para que los españoles elijan a 54 eurodiputados. Viejos o nuevos partidos y varias fundaciones han conseguido 15.000 firmas para poder concurrir. En Europa, a finales de mayo habrá 750 eurodiputados, más 1, el presidente. Y una vez elegidos, los diputados se agruparán por afinidades políticas, como han hecho hasta ahora.
El Parlamento Europeo no legisla. Se reúne en sesiones de 4 días todos los meses menos agosto. Y en sesiones de 2 días, seis veces al año. Estas sesiones se celebrarán en Bruselas o en Estrasburgo. Los idiomas oficiales son inglés, francés y alemán. Pero en la práctica los portavoces pueden expresarse en su propio idioma, con lo que se emplean unos 1.200 intérpretes  más 700 traductores que traducen más de 100.000 páginas al mes.

Y comenzamos las preguntas: ¿Los 54 elegidos a quien darán cuenta? ¿Defenderán sus intereses partidistas o defenderán los derechos de los ciudadanos? ¿Defenderán a las personas contra los abusos de sus propios gobiernos o defenderán a Europa, minando la soberanía del propio país? ¿Por qué las minorías nacionalistas  tienen tanto interés en acudir a Europa, para aliarse con quien  aunque esté en las antípodas ideológicas, como Le Pen, etc. les ayude a sacar adelante sus reivindicaciones? Algún candidato ha declarado que quiere ir a Europa a destruirla desde dentro. Otros llevarán sus sueños independentistas. ¿Qué elegimos?

¿Por qué  tantas candidaturas si ser eurodiputado no es un puesto para defender los intereses de una nación, ni de Europa, como tal? ¡Poderosas razones! Aunque muchos trabajan y lo hacen bien,  se sabe que muchos se escaquean, no dan golpe, cobran y desaparecen. Además son datos constatables, quienes emplean a familiares de secretarios o como trabajadores de investigación, gracias a las generosas dietas. Es decir: ¡Porque es un chollo! Durante 5 años, un eurodiputado cobra, de media, 16.000 euros netos mensuales.

Con estos simples ingredientes, ya se puede suponer que la corrupción está servida. Primero, desde el propio país de donde proceden. Suelen emplearse las elecciones europeas para “castigar” a los gobiernos incompetentes. Pero también, son utilizadas las urnas por los partidos, para procurar un alejamiento dorado a los políticos “quemados, amortizados o molestos”. Dicen: “Es un nirvana para políticos que han sido desterrados de sus países”.

 Otra pregunta: si el Tribunal de Cuentas, en España, acaba de abrir procedimiento sancionador a 13  de los principales partidos y a 24 fundaciones, los candidatos a eurodiputados ¿están por encima del bien y del mal de dichos partidos o fundaciones? Si las personas imputadas no pueden presentarse a las elecciones, ¿por qué  no se impide presentarse a los partidos y se fuerza de ese modo una regeneración?  ¿Por qué no se depuran responsabilidades a los organismos nacionales, autonómicos o a quien sea que haya malversado fondos de las ayudas europeas? ¿No se convierte, con el voto, la crisis de valores en una crisis de personas? ¿Qué valores están dispuestos a defender?

Lo que parece seguro, es que  “el individuo que habita mayoritariamente en la sociedad actual tiene su esquema interior ajustado a los no-valores que presiden el comportamiento en el cuerpo social” (M. Conde). Lo que en su día determine o sancione el Tribunal de Cuentas,  a los partidos les afecta muy poco. De hecho aunque España sea uno de los países con más déficit de la eurozona (7,1% del PIB), ellos se adjudican subvenciones  por 52.704.140 € o en si  lo prefieren en pesetas, ellos se reparten, más de ocho mil millones de pesetas. Y se siguen dando subvenciones a formaciones  que han evaporado cientos de millones de euros.

Por eso el individuo se despega de la política. Los políticos  cada vez tienen peor imagen, aquí y en Europa.  Y al votante ya eso ni le importa. Lo que realmente desea cuando va a votar es, si su situación va a cambiar para bien o sólo va a mejorar la vida del que salga elegido.

¿Tiene Europa respuesta para esto? ¿No hay, como reconoce R. Jáuregui, un “divorcio democrático  y social entre la ciudadanía y el proyecto europeo”? ¿No hay que romper, en España y en Europa con los viejos modos de hacer política? Si se ha desmoronado el modelo político social, quienes han amparado ese modelo, partidos y personas, tanto aquí como a nivel europeo, ¿pueden seguir como si no hubiera sucedido nada, liderando los cambios que se necesitan? En un mundo de progreso informático, se necesita la presencia de 751 personas en el hemiciclo europeo?

Porque esa, y no otra es la cuestión. ¿Sirve el voto para algo, o estamos elevando al cubo el problema que ya aquí tenemos duplicado? Como bien dijo Pérez Reverte“¿Para qué puñetas  sirve ese concejal –que necesita 15 asesores-, aparte de para dar de comer a numerosos compadres y parientes? ¿Para qué sirven 1.206 parlamentarios autonómicos y 1.031 diputados provinciales? ¿Sabe usted lo que cobra toda esa gente? ¿Y lo que come? Ese tinglado regional, repartido en diecisiete chiringuitos distintos, duplicados, nos cuesta al año 90.000 millones de euros… ¿Cómo es posible que el Gobierno de este putiferio de sangüijuelas y sangüijuelos se la endiñe a las familias y no a ellos? Que en vez de sangrar a esa chusma, se le endiñe a la Dependencia, a la Sanidad, a la Educación, a la Cultura, al pequeño comercio? ¿A la gente que de verdad lucha y trabaja, en vez de a esa casta golfa, desvergonzada y manifiestamente incompetente? A ese negocio autonómico absurdo e insostenible, del que tanta gentuza lleva viviendo holgadamente desde hace más de treinta años…con dinero público. El único consuelo es que a esa pandilla depredadora la hemos ido votando nosotros. No somos inocentes. Son proyección y criaturas nuestras. Treinta años engordándolos con nuestra imbecilidad y abulia política… Con unos tribunales de Justicia cuando no politizados o venales, a menudo lentos y abúlicos. El golfo, impune. Y el ciudadano, indefenso”.

Y ¿tenemos que seguir este juego y más de lo mismo en Europa? ¿Qué ha hecho Europa por nosotros? ¿Qué han hecho los eurodiputados que elegimos en la anterior legislatura? ¿Cuántos nombres recuerda usted de los que usted votó o de los que realmente salieron elegidos? ¿No es verdad que  la mayoría se perdieron en el anonimato, nada más llegar a Estrasburgo, o a Bruselas  o a Luxemburgo, en ese “circo ambulante”, como le llaman por allá?

¿Han adoptado medidas para afrontar la deuda de la eurozona? ¿Han reducido las desigualdades y desconfianzas entre el norte y el sur de Europa? ¿Se han preocupado realmente de la emigración, de las fronteras del sur, de los jóvenes del sur? ¿No debe Europa hacer un plan para que puedan emplearse en sus respectivos países y fomenten el desarrollo, la estabilidad y la paz?

 ¿Se han enterado de que se está produciendo una invasión no sólo desde el Este? ¿Qué política de defensa de territorio de la unión existe? ¿Han hecho algo para defender a la familia y fomentar la natalidad, sabiendo que nos encontramos cada año a una sociedad europea más envejecida? ¿Han revisado el sistema de bienestar social y el modo de mantener el sistema de pensiones en el futuro? ¿Cómo van a cotizar nuestros hijos si están en paro? ¿Cómo van a emanciparse, formar una familia y tener un hogar donde cobijarse?

 Parecen suficientes preguntas para que los candidatos puedan responder antes de que nos convoquen a las urnas.

Sabemos que los eurodiputados podrán elaborar los presupuestos anuales de la Unión Europea.  Sabemos que el Parlamento tiene competencias para fiscalizar el modo de gastar el dinero de los contribuyentes, pero lo que importa es que respondan a estas inquietudes de la ciudadanía.  Que fiscalicen a los gobiernos y a los bancos, pero que amparen a los ciudadanos y no sólo a los consumidores.

Ni más dilación ni más corrupción en Europa, con nuestro voto. Las viejas naciones europeas no pueden estar pidiendo permiso a Europa para todo y luego verse desatendidas y sacando solitas las castañas del fuego, sin apoyo ninguno. A la mayoría de los ciudadanos normales de este país, nos aburre que los políticos, un día sí y otro también nos den la vara con los separatismos, las independentismos y las ideologías. Y  que eso les sirva para medrar en su victimismo  y no aporte ni una idea para mejorar la vida de los ciudadanos. Cuestan mucho. Nos faltan líderes, aquí y en Europa.

 Europa sí, mi país por supuesto, pero lo mío también. A la familia, al joven sin empleo, al obrero, al pequeño empresario, y a quienes pueden crear empleo, por favor díganles que piensan hacer, si salen elegidos. Díganselo… antes de pedirles su voto. El enemigo de las elecciones, no es la abstención, sino la falta de claridad y liderazgo.

PUBLICADO EN EL HERALDO DEL HENARES:  Blog La Tangente: 26-04-2014:  http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=21181; BITACORA DE BELMONTE en CiViCa, 29-04-2014: http://www.investigadoresyprofesionales.org/drupal/content/datos-y-preguntas-ante-las-elecciones-europeas

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